El almirante Fernando Zumalacárregui se incorpora al jurado del premio de investigación histórica naval convocado por la Fundación Frax

Fernando Zumalacárregui, almirante de la Armada Española y director del Museo Naval, ha aceptado formar parte del jurado del  Premio de investigación histórica naval de la provincia de Alicante “Miquel Llinares Barceló”, instituido por la Fundaciòn Frax en homenaje al estudioso benidormense que recuperó para la memoria colectiva la historia naval de Benidorm y las comarcas de las Marinas.

            La Fundación Frax ya ha completado el jurado calificador, que estará integrado, además de por Zumalacárregui, por el capitán de navío de la Armada Española, historiador naval y profesor del CESEDEN José María Blanco Núñez; el alférez de navío de la Armada (Rv.) Francisco Zaragoza Ivars, abogado e integrante de una conocida familia de tradición marina; Jaume Llinares, abogado e hijo de Miquel Llinares, y el presidente de la propia Fundación, Matías Pérez Such, que presidirá el tribunal.

            Tras completar ese jurado, que Matías Pérez Such califica de “extraordinariamente cualificado”, la Fundación Frax ha decidido ampliar el plazo para la recepción de trabajos, que se prolonga hasta el próximo 31 de mayo de 2018, de forma que serán leídos y valorados durante el mes de junio para poder celebrar el fallo y la entrega en fecha próxima al 15 de julio, día de la Virgen del Carmen, patrona del Mar y de la Armada Española.

 

MIQUEL LLINARES

Miquel Lliinares Barceló (1920-2007) fue, quizás, la persona que mejor conocía el pasado histórico naval de Benidorm y las comarcas de las Marinas. Su familia atesora infinidad de apuntes y estudios que han servido para dar forma a decenas de libros y tesis (muchos de ellos firmados por el periodista Carlos Llorca Baus). El premio convocado por la Fundación Frax está dotado con 2.000 euros (1.500 para el primer premio y 500 para la mención especial).

            Hablar de Miquel Llinares es hablar de la pasión por la historia, por las tradiciones, por el mar y por su tierra. Él sirvió en la Marina (destinado en Ferrol), y trabajó muchos años en las almadrabas de Barbate, pero su obsesión era que no se perdiera la historia naval de esta zona.

            Gracias a Miquel Llinares sabemos hoy (con información documentada y contrastada), que Benidorm llegó a tener hasta 150 capitanes de Marina Mercante, o que de los 38 buques que llegaron a integrar la flota de la Compañía Transatlántica Española en los siglos XIX y XX, nada menos que 17 fueron capitaneados por marinos de Benidorm, ciudad que además aportó decenas de responsables de máquinas, comunicaciones y otras labores vitales para la navegación.

            “Buena parte de esa historia se mantiene viva en la memoria de los descendientes de aquellas generaciones, pero corre serio peligro de perderse, y debemos recuperarla para siempre”, señala Pérez Such. Esa memoria viva estaba personificada en Miquel Llinares, que afortunadamente anotó cuanto sabía, y esos documentos se conservan.