Las claves de la situación en EEUU tras el decreto de Trump sobre separaciones fronterizas

Washington.- La orden ejecutiva de Donald Trump para poner fin a la separación de familias de inmigrantes en la frontera con México deja varias incógnitas abiertas, entre ellas qué pasa ahora con los más de 2.300 niños apartados de sus padres desde abril pasado.

A continuación, un panorama de la situación:

¿Qué es la política de "tolerancia cero"?

Hasta abril, la mayoría de los inmigrantes detenidos tras cruzar ilegalmente la frontera eran dejados en libertad controlada mientras se resolvía su situación migratoria. En aquel mes, el fiscal general, Jeff Sessions, dio orden de que todos fueran procesados criminalmente, en lo que la administración Trump bautizó como "tolerancia cero" con la inmigración ilegal. El procesamiento criminal implica el envío a la cárcel del procesado y la ley prohíbe tener a niños en prisión -el llamado "Acuerdo Flores", un fallo judicial de 1997, fijó que un niño no puede estar en un centro de detención más de 20 días-. Con ello es con lo que la administración Trump justificaba la separación de familias. Pero como sugirió John Kelly, su jefe de gabinete, esto fue pensado para desincentivar la llegada de inmigración ilegal, es decir, la separación era una consecuencia buscada.

¿Qué cambia la orden ejecutiva de Trump?

No era necesaria si se trataba de evitar separaciones. Hubiese valido con dejar de perseguir penalmente a los sin papeles y seguir haciéndolo por otras vías legales. La firma de un decreto ante las cámaras da siempre imagen de acción gubernamental y es algo que a Trump le gusta, como se ha visto en otras ocasiones. Lo que hace la orden es permitir que los niños permanezcan con los padres bajo privación de libertad. Para ello se crearán centros de detención ad hoc -la orden pide al Pentágono, por ejemplo, que ponga instalaciones a disposición de la administración, construyéndolas también si es necesario-. Padres y niños quedan bajo custodia del Departamento de Seguridad Nacional, que es el último responsable de la frontera, hasta que termine el proceso contra los adultos. Hasta ahora, los niños quedaban bajo custodia del Departamento de Sanidad y Servicios Humanos y los padres, bajo la del Departamento de Justicia. Un tribunal debería aprobar ahora que los niños puedan estar más de los 20 días que fija la ley privados de libertad, lo que abriría la puerta a que lo estén indefinidamente. Expertos legales ven difícil que las cortes den vía libre a ello. Trump aseguró el miércoles que se mantiene la política de "tolerancia cero".

¿Qué ocurre con las familias que ya han sido separadas?

Más de 2.300 niños separados de sus padres desde el 19 de abril por la política de "tolerancia cero" están en instalaciones federales controladas por el Departamento de Sanidad y Servicios Humanos. De momento no se sabe demasiado sobre su futuro. "La reunificación es siempre el objetivo", dijo Brian Marriot, director de Comunicación del Departamento de Sanidad y Servicios Humanos, citado hoy por The New York Times.

¿Separó Barack Obama a familias, como dice el Gobierno de Trump?

En los dos mandatos del demócrata no existió una política para la separación de familias. Sí hubo separaciones cuando se sospechó de una situación de tráfico de personas o de que quienes aseguraban ser los progenitores no lo eran realmente. También hubo separaciones si los padres eran arrestados por cargos por ejemplo de drogas o si tenían una orden de detención pendiente. Lo que sí hizo Obama fue mantener detenidos a padres con hijos, sobre todo en la crisis migratoria de 2014, como forma de desincentivar la llegada de más sin papeles desde Centroamérica. Los tribunales fallaron que esa política era inconstitucional, obligando a la administración a dejar libre a la familia.

¿Puede el Congreso evitar la separación de familias?

Trump ha intentado aprovechar la conmoción causada por las separaciones para presionar a los demócratas para que respalden una reforma migratoria con la que, además de financiación para su muro en la frontera con México, pretende convertir en meritorio el sistema legal de inmigración, basado en vínculos familiares. Él y su Gobierno no han dejado de decir que son las leyes aprobadas bajo administraciones demócratas las que obligan a la separación y eso debe arreglarlo el Congreso. Lo cierto es que ninguna ley obliga a separar a los progenitores de sus hijos. Los demócratas, en minoría en el Congreso, tampoco pueden hacer nada por sí solos para cambiar una política que es obra de Trump. Una ley migratoria necesita apoyo bipartidista y los propios republicanos, que controlan las dos cámaras, están divididos sobre el tema y la dureza que aplica Trump en inmigración.