La Vila · Excavaciones en la calle Polop muestran los suburbios de la antigua Allon

El Servicio Municipal de Arqueología ha llevado a cabo en el último mes y medio el seguimiento arqueológico en las calles Polop y Jesús Urrios en el que se han encontrado cuatro estructuras que reflejan la gran extensión que tenía la ciudad ubicada bajo la actual área urbana de la Vila Joiosa en épocas ibérica y romana.

La zona se encuentra actualmente en obras por la  renovación de la red de agua potable de la zona, realizadas por las Concejalías de Aguas y Urbanismo y la empresa Hidraqua. El seguimiento arqueológico, a pesar de las reducidas dimensiones de la trinchera para la instalación de la nueva tubería (tan solo 45 cm de anchura por 60 cm de profundidad) ha dado interesantes resultados.

Tres de las estructuras halladas, en la calle Polop, son de mampostería (piedras sin tallar) trabada con barro. La excavación manual superficial de las mismas hasta alcanzar la cota proyectada en la obra, ha permitido la localización de cerámicas de mesa y cocina que llevan al Alto Imperio romano, es decir, los siglos I y II d. C.. Es la época de esplendor de la ciudad de Allon, cuando obtuvo la categoría de municipium por parte del emperador Vespasiano, pasando a ser la última de las nueve ciudades romanas conocidas en el territorio que hoy es la Comunidad Valenciana.

Las excavaciones realizadas en la zona durante las últimas dos décadas muestran que estas construcciones estaban al lado del camino de entrada a la ciudad ibérica y romana, que discurría aproximadamente a lo largo de la actual Avenida del Pianista Gonzalo Soriano.

A ambos lados de esta antigua calzada se ha documentado un cementerio de extraordinaria extensión, en uso desde la segunda mitad del siglo VII a. C., en época fenicia, y el siglo III-IV d. C., ya en el Bajo Imperio romano, con una importante fase de enterramientos del Alto Imperio romano, precisamente la época de los materiales asociados a las estructuras. Es muy probable que estas tres estructuras, dada su proximidad al camino, sean parte de recintos funerarios de los siglos I a. C. o I d. C., es decir, muretes que delimitaban conjuntos de tumbas del cementerio, similares a los que también aparecieron en la Creueta y en la necrópolis de Poble Nou. Dada la reducida superficie excavada y la cota alcanzada durante la intervención, no ha sido posible comprobar esta hipótesis, y solo futuras intervenciones en una mayor extensión podrán confirmarlo.

La cuarta estructura, en la calle Jesús Urrios, es un muro realizado con los mismos materiales y técnica que aquellos. Su excavación manual hasta la cota proyectada deparó también la localización de materiales ibéricos y romanos. Esta estructura perteneció a  una construcción cuya función se desconoce, y que perteneció al gran cinturón residencial e industrial alrededor del núcleo urbano de Allon.

La excavación se limita a la trinchera prevista en el proyecto de obra para evitar retrasos en la ejecución de la nueva canalización. Este hecho no permite un conocimiento en profundidad ni una datación muy precisa de las estructuras, pero para los arqueólogos es como una radiografía, porque aporta datos clave a tener en cuenta en futuras excavaciones en la zona, de modo que la investigación ya no irá a ciegas. Los hallazgos reflejan, una vez más, la gran extensión que tenía la ciudad ibérica y romana ubicada bajo la actual área urbana de la Vila Joiosa.